¿HAS PERDIDO TUS DETALLES?

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Imagínate que llegas tarde a una conversación y escuchas decirle a otra persona algo así como “no te lo tomes personal, son solo negocios”. ¿Qué tenderías a pensar?, ¿son buenas o males noticias? Sí, casi seguro que malas noticias.

En ocasiones, he visto como algunos pretendidos líderes justifican su comportamiento con lo que entiendo que es una falsa dicotomía, entre lo personal y lo profesional. Lo personal, piensan, hay que dejarlo fuera del trabajo, y solo lo que tiene que ver con los negocios es relevante en horas laborales. Así, justifican una conducta proclive a ser menos cuidadosos con las personas, sentirse poco responsables por sus formas y, en definitiva, dar poca importancia al estado emocional de sus equipos.

Frases como “trabaja y olvídate de lo demás”, “al trabajo no venimos a hacer amigos” o “lo que sientas no importa ahora, sólo cumple con tu cometido”, son afirmaciones que no sólo están alejadas de la realidad humana, sino también poco correctas y científicamente nada rigurosas.

La inteligencia emocional nos habló desde hace muchos años del impacto de las emociones en el trabajo; las neurociencias y el neuromarketing, manifiestan que hemos de entender y atender las emociones de nuestros clientes; y la economía conductual nos muestra que también, en el campo económico, las emociones tienen una trascendencia extraordinaria, o fatal, en nuestras decisiones. Pero hay algo más, y es que desde el punto del vista de nuestro liderazgo, sabemos que cómo afectemos a nuestros colaboradores impactará definitivamente en el compromiso de nuestros equipos. Por eso podemos decir que un liderazgo efectivo, necesariamente ha de ser afectivo: en pro del cuidado e interés por las personas.

Es curioso observar cómo algunos líderes piden mayor compromiso a sus equipos cuando, a la vez, sólo pretenden atender la parte “estrictamente laboral” de sus colaboradores. No se dan cuenta de que el compromiso es lo más personal que un líder puede pedir y que no es algo que se pueda obtener con la fuerza o la imposición sino que nos lo tenemos que ganar desde el interés y la inspiración.

Así, pues:

  • Necesitamos diferenciar entre lo personal y lo profesional, pero no debemos hacerlo para enfrentarlos sino para integrarlos.
  • La vida personal de la gente es tan importante o más que la vida profesional. Como líderes, dejarla de un lado, sería dejar a parte algo muy relevante para nuestros colaboradores.
  • El compromiso de la gente es una decisión que hemos de ganarnos y las personas responden positivamente cuando sienten conexión con nosotros. A través de esas conexión, facilitaremos más su vinculación, productividad y sentido de pertenencia
  • Cada persona se sentirá a gusto con un diferente tipo de relación. La observación de sus reacciones, junto con el sentido común y el respeto, marcarán también los límites de nuestra proximidad en lo personal. La clave estará en la naturalidad y en el interés genuino hacia la otra persona.

Si detrás da cada persona, hay una historia, detrás de cada colaborador debería de haber un líder entusiasmado por conocer esas historias. El liderazgo es, en parte, el arte de escuchar y entender la historia de nuestros colaboradores. Y esas historias, están tejidas por los aconteceres de sus dos mundos, personal y profesional. Si entendemos esto, tendremos media batalla ganada.

¿Qué tan cómodo te sientes en este momento?

Puede que estés leyendo esto mientras vas apretado en el transporte público rumbo a tu trabajo. Es posible que estés utilizando este artículo como «investigación» mientras tu proyecto de emprendimiento lo mantienes estancado, o tal vez podrías estar buscando un impulso rápido para estimularte a convertirte en una versión de éxito.

En tu viaje al éxito, hay momentos en los que te sentirás incómodo y mantenerte motivado es una de las partes más difíciles para lograr algo grande.

Para evitar que pierdas la motivación, te voy a compartir 4 consejos que te pueden ayudar durante tu camino al éxito:

1. A veces todo lo que necesitas es actuar rápido.

El rasgo más extraño de los seres humanos es cuán dispuestos estamos a estar insatisfechos con nuestras vidas. Tienes una idea increíble que te puede cambiar la vida … y luego piensas en 1000 razones diferentes por las que no deberías hacerlo. Ahora imagine una vida donde cada una de estas ideas asombrosas se convierta en realidad.

Mel Robbins autora del libro «La Regla de los 5 Segundos», menciona algo muy interesante: «Si tienes el instinto de actuar en una meta, debes moverte físicamente dentro de cinco segundos o tu cerebro lo matará «.

2. Necesitas bañarte más … en motivación.

Cuando trabajas para alcanzar un objetivo, es fácil quedar atrapado en la monotonía de llegar a esa meta. Comienzas a trabajar más duro, y más duro, y más duro, acercándote cada vez más a ese sueño … y antes de que te des cuenta, has perdido de vista cuál era tu objetivo en primer lugar.

Para que esto no te suceda debes bañarte
constantemente en motivación. Pero, ¿cómo? Con un pizarrón de visión.

Un pizarrón de visión es una colección de afirmaciones, fotos y citas que mantienes en un lugar siempre visible. Debes mirar este pizarrón todos los días para recordarte continuamente por qué está haciendo lo que estás haciendo.

3. Ponle ritmo a tu vida

Es claro que la música puede controlar tus emociones, todos tenemos esa canción que en la escuchamos no podemos evitar mover nuestro cuerpo. Es por eso que se incluye la música en las películas, para indicar a la audiencia qué emoción deberían sentir y agregar ese ritmo emocional.

El autor, productor de discos y neurocientífico Daniel Levitin ha escrito mucho sobre el tema, pero uno de los puntos más importantes es que la música adecuada te mantendrá motivado. Ya sea por lo que dicen las letras o su irresistible ritmo, es difícil precisar por qué, pero algunas canciones nos hacen sentir increíbles. Dedica algo de tiempo para compilar las canciones que te animan, y cuando necesites una dosis de motivación, dale play.

4. Dirigirte a ti como un experto.

Una de las verdades que hay que comprender sobre el mundo y sobre uno mismo es que depende de uno cambiar y moldear el mundo que nos rodea. Solo hay un problema: somos terribles conociéndonos a nosotros mismos y nuestras motivaciones.

Cuando despiertes y antes de irte a dormir, repite mentalmente o di en voz alta tus afirmaciones personales sobre los cambios que estás haciendo en tu vida.

Estas afirmaciones no se trata solo de decir «soy una persona feliz» o «soy rico». Las afirmaciones tienen que ir más allá. Necesitas tener un objetivo claramente medible y la fuerza impulsora detrás del por qué estás comprometido con el objetivo. Por ejemplo, «me comprometo a estar en mejor forma durante los próximos 12 meses, aumentando mis horas de ejercicio al doble, para estar más orgulloso de mi cuerpo».

También deberás incluir las acciones que te permitirán alcanzar ese objetivo. La siguiente parte de la afirmación puede ser: «Para garantizar que voy a hacer más ejercicio, veré una hora menos de TV al día y me despertaré 30 minutos antes».

Es momento de que pongas en práctica estos 4 puntos y empieces a motivarte.

Luis siempre fue uno de los jóvenes más inteligentes de su clase. Al parecer había tenido un gran desempeño en su carrera, pero cuando ve a algún conocido, nota que algunas personas que no tenían un gran desempeño como el, lo han superado o han logrado más en muchos aspectos. A veces Luis se pregunta: «¿Qué estoy haciendo mal?»

¿Te suena familiar? Es posible que te sientas identificado con Luis, o que tengas un conocido que lucha con sentimientos similares. La inteligencia es, sin duda, un gran activo, pero no lo es todo. Y a veces, cuando las personas dotadas intelectualmente no logran todo lo que quisieran, es porque se están saboteando sutilmente.

Puede que te encuentras en esta situación, pero, la buena noticia es que cuando comprendes estos puntos débiles puedes cambiarlos. Aquí hay cinco puntos con los cuales puedes empezar a trabajar:

1. Las personas inteligentes a veces devalúan otras habilidades y se concentran demasiado en el intelecto. Las personas muy inteligentes a veces creen que su éxito es inevitable debido a su intelecto, y no consideran que otras habilidades sean importantes. Por lo tanto, no invierten tiempo y esfuerzo en desarrollar estas habilidades.

Estos puntos de vista no salen de la nada. La mayoría de las personas tienen una tendencia natural a querer sacar provecho de sus fortalezas y, por el contrario, preferirían evitar pensar en áreas en las que no son naturalmente tan fuertes.

En la mayoría de los lugares de trabajo, se necesita más que inteligencia pura para salir adelante. Y el solo centrarse en tu mayor fortaleza, en lugar de abordar tus debilidades, tiende a ser un auto-sabotaje.

Solución: Usa tus fortalezas para superar tus debilidades. Si eres bueno aprendiendo, simplemente puedes aprender las habilidades que no son tan naturales para ti.

2. El trabajo en equipo puede ser frustrante para personas muy inteligentes. Cuando alguien capta conceptos rápidamente y tiene altos estándares para su propio desempeño, puede tener dificultades cuando trabaja con otras personas que tardan más en procesar la información y entender conceptos.

A las personas inteligentes a veces también les resulta difícil delegar debido a la sensación de que pueden hacer mejor una tarea (independientemente de si esto es realmente cierto). Esto es debido a que tienden a ser perfeccionistas.

Solución: Se compasivo con tus reacciones internas y trata de comprender de dónde vienen, pero también aprende a apreciar genuinamente lo que diversas mentes aportan a un equipo.

3. Las personas inteligentes a menudo atribuyen gran parte de su autoestima a ser inteligentes, lo que puede disminuir su resiliencia. Si gran parte de tu autoestima se basa en tu inteligencia, puede ser muy difícil estar en situaciones que revelen brechas en tu armadura. Cualquier situación que provoque sentirse no inteligente es experimentada como altamente amenazante. La persona inteligente puede incluso tratar de evitar esas situaciones, lo que finalmente frena a la persona.

Solución: Toma una visión objetiva de los beneficios de trabajar con personas que, en algunos aspectos, son más inteligentes que tú. Si te estás rodeando de gente inteligente, estás haciendo algo bien. Recuerda, el hierro afila el hierro.

4. Las personas inteligentes se aburren fácilmente. Ser inteligente no es exactamente lo mismo que ser curioso, pero si tienes estas dos cualidades, es posible que te aburras fácilmente. Algunos tipos de éxito provienen de la creatividad, pero otros vienen de convertirse en un experto en un ámbito y realizar un conjunto de comportamientos repetidamente. Si eres inteligente, curioso y te encanta aprender, es posible que descubras que pierdes el interés rápidamente en cualquier cosa una vez que lo hayas descubierto.

Solución: Intente tener una visión diferente para tolerar un poco más el aburrimiento. En lugar de intentar un cambio dramático, comenzar por tolerar períodos cortos (unos pocos minutos u horas) de aburrimiento podría tener un impacto muy beneficioso.

5. Las personas inteligentes a veces tienen un pensamiento profundo y reflexionan mucho en como dar solución a cada problema. Las personas brillantes están acostumbradas a tener éxito a través de sus habilidades de pensamiento, pero a veces pueden pasar por alto cuando un enfoque diferente sería más beneficioso.

Solución: Date cuenta cuando un pensamiento se convierte en una obsesión enfermiza. Considera otras estrategias que pueden tener más probabilidades de resultar exitosas. Amplía tu gama de habilidades para llegar a la información de manera que no seas la persona que ve cada problema como un clavo porque su única herramienta es un martillo. Finalmente, cuando te encuentres atorado en un pensamiento negativo, interrumpe todo y enfócate en algo distinto. Esta puede ser una estrategia sorprendentemente efectiva para salir del pensamiento negativo.

¿Con cuál de estos cinco patrones te identificas más? ¿Tienes algún conocido que parecen caer en estas trampas?

Hay ocasiones en las que tienes demasiadas cosas por hacer que incluso necesitas más tiempo del necesario para poder realizarlas. Has priorizado, has planeado, has delegado, has tratado de enfocarte. La próxima frontera es aumentar tu eficiencia para que te pueda tomar menos tiempo realizar tus tareas y sin bajar tu calidad.  

Pero, exactamente qué estrategias funcionarán mejor para que la puedas emplear dependiendo de la situación.

Estas cinco estrategias pueden ahorrarte horas cada semana.

Aclarar las expectativas reales

Cuando asumas una tarea importante, habla con las partes interesadas sobre los resultados que esperan obtener. Al aclarar lo que realmente se necesita y a qué nivel, puedes ahorrar horas de tiempo en decidir qué hacer y cómo hacer las tareas.

Reutiliza material anterior

Tu capacidad para reducir el tiempo al reutilizar y reciclar el trabajo dependerá de tus responsabilidades particulares. Pero donde puedas, copia, pega, y edita. Eso podría ocurrir con correos electrónicos, presentaciones, capacitaciones, propuestas y casi cualquier otro tipo de actividad en la que estés comunicando algo muy similar.

Esta estrategia ha demostrado ser muy útil. Cuando te presionen para ganar tiempo, lucha contra la necesidad de actualizar o cambiar completamente los materiales, y usa algo que ya tienes para ahorrar horas y entregar el mejor contenido.

Desarrolla plantillas y emplea un checklist

Para acelerar los procesos en tu rutina, crea plantillas y checklist. Por ejemplo, crea una plantilla de correo electrónico que completes cada año para enviar a tu contador con información fiscal de fin de año. Y sobre una base mensual, revisa un checklist de tus finanzas.

Es posible que puedas crear plantillas para diversas actividades como informes semanales, presentaciones o minutas de reuniones. Tanto las plantillas como los checklist te permiten hacer un buen trabajo en menos tiempo porque no necesitas dedicar tiempo a recordar qué hacer o decidir el próximo paso.

Hazlo una conversación

Dependiendo de lo que necesites lograr, puedes ahorrar tiempo compartiendo verbalmente lo que has hecho. Por ejemplo, tal vez tu gerente te pidió investigar un tema en particular. En lugar de redactar una presentación formal, puedes lograr tus propósitos en menos tiempo al tomar notas y luego comentar tus conclusiones durante una reunión individual.

Esta estrategia también puede funcionar bien si necesitas comunicarte sobre conceptos más abstractos, como el diseño.

Utiliza la técnica Time Box

Finalmente, una estrategia para seguir haciendo un buen trabajo en menos tiempo es decidir de antemano cuánto tiempo dedicarás a una tarea particular o parte de una tarea, y luego cumplirla. El Time Box no garantiza que terminarás el trabajo en el tiempo asignado. Sin embargo, definitivamente puede ayudar con el enfoque. Y la decisión anticipada sobre la inversión de tiempo ayuda a la Ley de Parkinson, el trabajo se expande para completar el tiempo asignado para que funcione en tu beneficio.

Todos tenemos nuestros límites, así que no puedo prometer que todo se resolverá usando las estrategias anteriores. Pero cuando empleas estas técnicas, te aseguro que sí veras cambios positivos en tus tiempos.

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